Las mejores panorámicas del atardecer en Santiago transcurren en la altura. La cima del Cerro San Cristóbal, al cuál se llega caminando, en automóvil o vía funicular, ofrece amplias perspectivas de toda la ciudad.

La anfitriona de la cima es una imagen de la virgen de la Inmaculada Concepción, completa de blanco, con 14 metros de altura y situada en este punto preferente de la ciudad desde 1908, año en que fue inaugurada.

Durante la noche se ilumina la imagen. No hay que irse sin probar uno de los míticos mote con huesillos que venden en el lugar.