Perfil
En las alturas del Llano de Chajnantor, en la Cordillera de los Andes, en Chile, el Observatorio Europeo Austral (ESO) construyo junto a sus socios internacionales el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, ALMA, un telescopio de vanguardia para estudiar la luz de algunos de los objetos más fríos en el Universo.
Esta luz tiene una longitud de onda de alrededor de un milímetro -entre luz infrarroja y ondas de radio- lo que la hace conocida como radiación milimétrica y submilimétrica.
En estas longitudes de onda, la luz brilla desde las vastas nubes frías en el espacio interestelar -a temperaturas sólo unas décimas de grado sobre el cero absoluto- y desde las galaxias más antiguas y distantes en el Universo.
Los astrónomos pueden usar dicha luz para estudiar las condiciones químicas y físicas en las nubes moleculares: áreas densas de gas y polvo donde están naciendo las nuevas estrellas.
A menudo estas regiones del Universo son oscuras y ocultas a la luz visible, pero brillan intensamente en la parte milimétrica y submilimétrica del espectro.
La radiación milimétrica y submilimétrica abre una ventana hacia el enigmático Universo frío, pero las señales desde el espacio son fuertemente absorbidas por el vapor de agua existente en la atmósfera de la Tierra.
Por ello, los telescopios orientados a este tipo de astronomía deben ser construidos en sitios altos y secos, tal como el Llano de Chajnantor a 5.000 metros de altura, emplazamiento del observatorio astronómico más alto de la Tierra.
Aquí es donde ESO, junto a sus socios internacionales, construyeron el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, ALMA, el más grande proyecto astronómico existente.
El emplazamiento de ALMA, a unos 50 km al este de San Pedro de Atacama, en el norte de Chile, es uno de los lugares más secos de la Tierra.
De esta forma, los astrónomos obtienen insuperables condiciones de observación, pero deben operar un observatorio de frontera bajo condiciones muy difíciles.
Chajnanator está unos 750 metros más alto que los observatorios en Mauna Kea, y 2.400 metros más alto que el VLT en el Cerro Paranal.
ALMA es un telescopio único de diseño revolucionario, compuesto inicialmente por 66 antenas de alta precisión, operando a longitudes de onda de 0,3 a 9,6 mm.
Su conjunto principal tendrá cincuenta antenas de 12 metros de diámetro, actuando en conjunto como un solo telescopio: un interferómetro.
Esto será complementado por un compacto conjunto adicional de cuatro antenas de 12 metros de diámetro y doce antenas de 7 metros de diámetro.
Las antenas pueden ser desplazadas a través de la meseta desértica a distancias desde 150 metros a 16 kilómetros, lo que le proporcionará a ALMA un poderoso “zoom” variable.
Será capaz de investigar el Universo a longitudes de onda milimétricas y submilimétricas con una sensibilidad y resolución sin precedentes, y con una visión hasta diez veces más aguda que la del Telescopio Espacial Hubble, lo que permitirá complementar las imágenes obtenidas por el Interferómetro VLT.
ALMA es el telescopio más poderoso para observar el Universo frío: el gas molecular y el polvo, así como también los vestigios de la radiación del Big Bang.
ALMA estudiará los componentes básicos de las estrellas, los sistemas planetarios, galaxias y la vida misma.
Proveerá a los científicos con imágenes detalladas de estrellas y planetas naciendo en nubes de gas cerca de nuestro Sistema Solar, y detectará galaxias lejanas que están formándose en los confines del Universo observable, las que vemos tal como eran aproximadamente diez mil millones de años atrás.
De esta forma, ALMA permitirá a los astrónomos abordar algunas de las profundas interrogantes sobre nuestros orígenes cósmicos.
Información de referencia de la página oficial de ESO ALMA.
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