Una de las cosas más maravillosas que se pueden realizar al viajar es comer. Una de las mejores maneras de conocer las costumbres locales es a través de nuevos platillos, sabores que se diferencian y quedan en el recuerdo viajero. Son los datos que se traspasan de boca en boca y que, valga la redundancia, hacen agua la boca. La región de Coquimbo es una conjunción de sabores: de mar a cordillera con zonas que tienen un renombre por sus preparaciones. Acá van 5 datos para que no te pierdas algunas notables razones para comer, con ganas, en la región:
Un deber: Empanadas de ostión queso
Desconocemos si nació en los balnearios de Tongoy y Guanaqueros, pero acá se han hecho famosas. Empanadas fritas con mucho queso y mixturadas con ostiones, uno de los frutos de mar cosechados en las aguas de la región. El resultado ha sido más que exitoso. Baratas –rondan los $1500 pesos- se pueden experimentar variedades con machas y camarones. Sin arrepentimientos.
Máxima Originalidad: Churrasco Marino
El mercado de Coquimbo merece una visita por sí solo. Todos los productos de mar tienen acá una preparación. Pescados y mariscos como los locos, langostinos, ostiones, gambas, erizos, machas, almejas, jaibas, camarones, ostras, picorocos o anguilas desfilan en cada local. Las palmas por la originalidad culinaria se las lleva el “Churrasco Marino”, una generosa marraqueta rellena de pescado frito carente de espinas y ensalada a la chilena (tomate con cebolla). Suena raro pero el sabor es delicioso. Acaba con el hambre de una vez.
Producto típico: Queso de Cabra
Ovalle es a capital del queso de cabra en la región y el valle de Limarí es pródigo en queserías artesanales con larga tradición. En el mercado de Ovalle se puede obtener en diversas calidades y precios. Hay opciones de experimentar empanadas fritas con queso de cabra y orégano. Para los amantes acérrimos del queso blanco, en el mes de octubre, se realiza en Chalinga, a 27 km de Ovalle, la Fiesta del Queso de Cabra con degustaciones de variedades gourmet como el queso con merquén, almendras, orégano y almíbar.
Ecología gastronómica: Cocinas Solares
En Villaseca el sol es permanente. Pega fuerte y en la localidad, distante a una decena de kilómetros de Vicuña, le han sacado partido a los rayos del astro rey. Una serie de sencillos restaurantes han implementado cocinas solares, compuestas por espejos y con forma de pequeñas parábolas, cuecen diariamente sin uso de combustibles. Los platos más afamados son el cabrito a la cacerola, el pastel de choclo, carne mechada y la leche asada. ¿El sabor? Buenísimo.
El postre: Papayas
Ir a la “Recova” en La Serena es encontrarse con decenas de dulces tentaciones. Las papayas, fruto amarillo emblemático de la región, y que durante décadas ha conformado uno de los puntos altos en la repostería local, surge reconvertido en bombones, confites, sustancias, papayas al jugo o como néctar que se venden a los turistas. Es el postre que tienes que probar. Regalo perfecto si es que resistes la tentación de comerlos antes de llegar a destino.
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