La capital chilena cuenta con todo para profundizar y perderse en una de las metrópolis más interesantes del cono sur. Acá algunas ideas si te quedas sin saber “qué hacer” en un lugar tan lleno de posibilidades:
Escapar de la contaminación
Es un contrasentido venir a la ciudad para huir de ella pero los alrededores de Santiago cuentan con una cadena montañosa con naturaleza que asombrosa y, como plus, te marchas de la polución ambiental. Dos opciones: el Cajón del Maipo, a 25 km al sur de Santiago y que se extiende por 50 más al interior de un valle encajonado por cumbres sobre los 5 mil metros. El río Maipo es ideal para rafting y el Monumento Natural el Morado para deportes como el trekking y el esquí de travesía.
La segunda alternativa enfila hacia la costa, en el Valle de Casablanca afamado por sus ondulas laderas de la cordillera de la Costa en las que te puedes trasladar en bicicletas con vista a los afamados viñedos de esta zona.
Meterse en la noche
Nada que envidiarle a Buenos Aires, Santiago es fiesta casi todos los días. Tal vez los lunes sean menos movidos, pero el resto de la semana los bares, restaurantes, pubs y discotecas están llenos. ¿Zonas? Las más afamada es el circuito del barrio Bellavista que tiene de todo, destacando el conjunto del Patio Bellavista. Cercano está el barrio Lastarria, con un estilo más chic. Hacia el centro, el universitario Barrio Brasil con decenas de lugares para beber cerveza. Para el sector oriente en Providencia destacan la zona de Manuel Montt y el consagrado barrio Italia con restaurantes memorables. La avenida Vitacura, en el oriente de la ciudad, tiene destacadas discotecas. Los fines de semana el “carrete” dura hasta las 5 AM.
Buscar el mejor sándwich
La tradición nacional del pan con algo o “sándwich” se hace patente en Santiago. Locales para la degustación sobran. Abiertos días y noche los “lomitos”, “churrascos” o “barros luco” desfilan ante los comensales. ¿Las mejores opciones según nosotros?. En Ñuñoa, la “Fuente Suiza”; en Plaza Italia, la mítica “Fuente Alemana” y también el suculento local de “La Terraza”. En Apoquindo está la ya muy famosa “Fuente Chilena” con especialidad en fricandelas.
Metro Arte
El metro traslada diariamente a más de 2.2 millones de habitantes en sus 108 estaciones y 5 líneas que cruzan la ciudad con eficiencia. Fuera del horario punta -de 7 a 9 am y de 5 a 8 pm-, es posible ver los “secretos” que conserva en muchas de sus estaciones. Obras de arte, de diversos autores, que orlan las bóvedas subterráneas como en la Universidad de Chile, con extensos murales de Mario Toral o las esculturas que existen en la estación Baquedano. Son más de 30.
Museos gratis
Los mejores museos de Chile están en Santiago y desde marzo el acceso a muchos de ellos es gratuito, por lo que no hay excusa posible. Entre los más destacados que puedes visitar están el de Historia Natural; Bellas Artes; Histórico Nacional; Artes Decorativas y el Benjamín Vicuña Mackenna.
Ver Santiago sin uno
Es como el chiste del argentino que subía al cerro San Cristóbal porque quería ver cómo era la ciudad sin su propia presencia. Desde la principal cima del Parque Metropolitano, uno de las áreas verdes urbanas más grandes del mundo, y bajo el enorme monumento de la virgen de la Inmaculada Concepción hay una panorámica espléndida de la metrópolis al fondo del valle. La recomendación es subir al atardecer y, ojalá, después de un día de lluvia.
Vivir un Terremoto
No se trata de un movimiento telúrico real. Es un brebaje, uno de los más representativos de los bares populares del centro, y que consta básicamente de pipeño –clásico vino con poca fermentación- y helado de piña. Es dulce y engañador, servido en vasos de medio litro no es recomendable más de dos. Sobre esa dosis comienza el verdadero terremoto personal. El bar más famoso para este menester es “La Piojera”, a un costado del Mercado Central.
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