Perfil
El puerto principal de Chile ha sido homenajeado con míticas canciones y poemas que ponen en manifiesto el encanto de sus cerros poblados por casas multicolores, callejones, ascensores, miradores a la bahía del Pacífico, cientos de bares y restaurantes y notables centros culturales y museos.
Distante a menos de dos horas de Santiago y a sólo quince minutos de Viña del Mar, son los cerros Bellavista, Alegre y Concepción los que más han renacido con el turismo abriendo varias posibilidades para que los viajeros amanezcan mirando el mar desde las alturas. Varios hostales para mochileros internacionales, se intercalan con novedosos hoteles boutiques que han renovado a las añosas casonas de los cerros, dándole un renovado estilo. Igualmente, en el sector más céntrico –conocido como “Plan”- hay tanto hoteles de categoría, cercanos al puerto, como sencillas posadas ubicadas sobre la avenida Argentina.
Valparaíso tiene tantas atracciones como grafitis que adornan sus calles. En el llamado barrio puerto, junto a la zona de maniobras de los buques, hay varios restaurantes y bares populares instalados en centenarios edificios que colindan con la plaza Sotomayor –la misma que tiene monumento a los Héroes de Iquique- y vecina al molo con excelente mirante a las actividades portuarias y salidas con paseos náuticos.
Los viajes en sus emblemáticos ascensores que ascienden/descienden por las laderas de los cerros, es algo necesario para ahorrarse las largas escaleras que llegan a los primeros sectores de cada cerro en los que se ubican generosos observatorios del relieve –como el paseo Yugoslavo o el mirador Gervasoni- de Valparaíso y a la bahía que la une con Viña del Mar, Reñaca y Concón. El museo de la casa de Pablo Neruda, el museo a Cielo Abierto, el centro cultural de Valparaíso, la caleta Portales, Playa Ancha o Laguna Verde son algunas de las alternativas para paseos por el día.
La noche depara una bohemia que ha hecho famosa al puerto. Las subidas Cummings y Ecuador tienen una enorme variedad de bares que sacian cualquier tipo de sed. Gastronómicamente, Valparaíso es un placer para los amantes de los frutos del mar: mariscos y pescados, en diversas preparaciones se ofrecen, sobretodo, en el mercado Cardonal y el barrio puerto. Pero uno de los platos que más destaca es la “chorrillana”, un mix de papas, cebolla, carne y huevos fritos, servidos en un gran plato, ideal para el hambre noctámbula.
Cómo llegar a Valparaíso
Viajar al principal puerto de Chile es realmente fácil. La distancia entre esta ciudad, que se une por una larga costanera urbanizada con su vecina Viña del Mar, y Santiago es de menos de 120 kilómetros que unen en una hora, más o menos, por una excelente autopista de varias vías: la ruta 68.
Para llegar a “Pancho” o “Valpo” como le dicen quienes la conocen más, se puede ir de bus o automóvil. En la primera opción hay dos terminales con recorridos cada 15 minutos para la costa. El primero se encuentra en el metro Universidad de Santiago, el afamado “Terminal Alameda” con recorridos para varios puntos litorales y del sur de Chile. Menos confusión es llegar al terminal del metro Pajaritos.
Ubicado en la entrada de la comuna de Pudahuel, está al costado sur de la misma estación y cuenta con unas seis líneas distintas de buses que llevan tanto a Valparaíso como Viña del Mar. Los precios varían por temporada y van desde los $3000 a $6800 pesos. Hay ofertas más convenientes en las páginas de internet de algunas de estas líneas como Turbus o Pullman, comprando con algunos días de anticipación.
Para quienes viajen en automóvil la ruta cruza dos túneles que perforan los relieves de la cordillera de la Costa y, también, dos peajes: Lo Prado y zapata. Hay que llevar dinero en efectivo. En la carretera hay servicios de bencina y alimentación, además de una bella vista del valle vitivinícola de Casablanca luego del túnel zapata.
Una vez en el puerto moverse es fácil. Hay múltiples opciones: taxis, colectivos y Uber’s, si quieres andar en automóvil. Decenas de recorridos de pequeñas y coloridas micros que llevan hasta Concón, pasando por Viña del Mar, o las que se montan a los cerros de Valparaíso. Para los nostálgicos una serie de trolebuses con largas antenas pegadas a cables de electricidad atraviesan el “plan” o centro de la urbe. Punto aparte, por su impresionante panorámica de la costa, es el metro de Valparaíso que lleva desde el muelle Prat hasta Villa Alemana. Es ideal, pero para abordarlo debe comprar una tarjeta electrónica. Los trayectos empiezan a las 6 AM hasta las 11 PM con que cierran recorrido.
Por último, emblemáticos y patrimonios de la Humanidad, están los ascensores de Valparaíso. Hay que subirse en estos panorámicos transportes que unen el centro de la ciudad con los primero tramos de los cerros. Son baratos y por pocas monedas podrás conocer en profundidad el relieve y el alma de la “joya del Pacífico”.
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