Las primeras dos cuadras de la calle San Diego, desde la Alameda al sur, conservan el encanto que tuvo el Santiago de los años 50.

El progreso no se ha hecho esperar y hoy, muchos de esos lugares, se han convertido en torres con centenares de departamentos.

Sin embargo aún persisten lugares con notable patrimonio arquitectónico y son las galerías que se abren durante las primeras dos cuadras. Ahí se encuentra una gran cantidad de librerías de segunda mano.

Un tesoro cultural.